El presidente estadounidense, Joe Biden, expresó este domingo que en ese país no hay sitio para el supremacismo blanco, al condenar el asesinato de tres personas por motivo de odio racial ocurrido la víspera en la ciudad de Jacksonville, Florida (sur).

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En un comunicado, el mandatario manifestó: «Tenemos que decir de manera clara y contundente que no hay sitio para el supremacismo blanco en Estados Unidos. Debemos negarnos a vivir en un país donde las familias van a la tienda o al colegio con el temor a ser asesinadas por el color de su piel».

Añadió que «el silencio es complicidad y no debemos permanecer callados», además de expresar sus condolencias a los allegados de las víctimas, dos hombres y una mujer, quienes fueron baleados por un individuo blanco que utilizó armas donde pintó simbología nazi y en cuya vivienda se hallaron manifiestos en que plasmó que odiaba a las personas negras.

Biden lamentó que el hecho violento coincidió con la fecha en que se conmemoró el 60 aniversario de la Marcha en Washington por el Trabajo y la Libertad, encabezada por Luther King Jr., ocasión en que pronunció su discurso «I have a dream» (Tengo un sueño).

Explicó que las autoridades federales abrieron una investigación sobre el ataque, que tratan como «un posible crimen de odio y de extremismo violento», dijo.

La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, también reaccionó tras el tiroteo y declaró que «estas tragedias deben terminar», por lo que renovó la petición al Congreso de prohibir las armas de asalto.

«Al parecer, este acto fue impulsado por el racismo y el odio, (y) llevado a cabo con un arma de guerra que
nunca debería haber estado en las calles», cuestionó Harris.

De acuerdo con reportes de medios locales, el atacante de Jacksonville -quien fue identificado como Ryan Palmeter, de 21 años, y se suicidó tras los asesinatos- utilizó un rifle de asalto AR-15 y una pistola Glock.

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